29 abr China ejerce nueva influencia global con insumos médicos
Tras controlar el virus, enciende la maquinaria y acelera producción de suministros; ya distribuye a 80 países; en AL le gana terreno a EU
El gigante asiático resurge de las cenizas. La simbólica imagen del despertar de Wuhan después de hibernar por 76 días, al ser epicentro del brote, hace eco de cómo la suerte de China dio un giro de 180 grados. Hoy ya no es el país que sufre por un contagio masivo, sino el salvador del mundo, colmado por más de millón y medio de infecciones y escasez de suministros.
Pekín logró contener y controlar el coronavirus, ahora tiene tiempo de capitalizar la necesidad que hay en otros países ante la pandemia, es por eso que desde el mes pasado echó a andar toda su maquinaria para acelerar y multiplicar su producción de lo que más se requiere en el mundo: cubrebocas, trajes de protección, gafas, cofias, guantes y ventiladores.
El puente de cooperación con China es particularmente visible en América Latina. Desde México hasta Argentina, y desde Chile hasta República Dominicana, que han concertado convenios para atraer productos chinos que, por la crisis, son difíciles de hallar en el mercado mundial.
De acuerdo con el gobierno de Xi Jinping, 80 países han sido beneficiados con las exportaciones chinas. Compradores de Azerbaiyán, Bosnia y Herzegovina, Brunei, República Checa, Yibuti, Grecia, Hungría, Italia, Japón, Qatar, Portugal, Rusia, Serbia, Turquía y hasta Reino Unido firmaron contratos con empresas chinas para comprar kits de prueba, termómetros, mascarillas, trajes y gafas de protección.
En la región latinoamericana, no sólo destacan los envíos de lotes de insumos, también la asistencia profesional a los ministerios de Salud del continente, con experiencia, protocolos y guías de acción.
El pasado 23 de marzo, médicos y científicos chinos asesoraron a representantes de 20 países latinoamericanos.
El martes, un avión aterrizó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con 10.1 toneladas de guantes para exploración y mascarillas N95.
Un día antes, Pekín oficializó la donación de insumos sanitarios a La Habana, que recibió un lote de 516 mil unidades de suministros y 200 mil dólares.
La ayuda más robusta hasta el momento llegó a Buenos Aires, Argentina, que documentó más de 150 mil kits para diagnosticar, 5 mil trajes de protección, 2 mil 500 trajes de uso industrial, 5 mil aislantes, 2 mil gafas; 66 mil cubrebocas N95, 20 mil guantes, 22 mil cofias, 550 termómetros digitales y 10 respiradores.
En Venezuela, el presidente Nicolás Maduro anunció que China enviaría equipo de protección para profesionales de la salud y kits de prueba. El país también abrió conversaciones con Pekín sobre un posible apoyo financiero.
“¡Gracias por la cooperación y solidaridad de China con Ecuador!”, expresó la semana pasada el vicepresidente Otto Sonnenholzner en Twitter, al detallar la ayuda recibida de China, que incluyó 40 mil máscaras quirúrgicas, termómetros infrarrojos y trajes protectores.
Incluso en Brasil, donde China tuvo una grieta diplomática causada por el hijo del presidente Jair Bolsonaro, que culpó al Partido Comunista por la propagación del virus, funcionarios en Pekín aseguraron que, a pesar de las declaraciones, asistirán al país con asistencia tecnológica.
La ayuda de China a Latinoamérica ilustra una tendencia global más amplia: Pekín busca convertirse en punta de lanza en la lucha global contra la pandemia. Si bien el presidente de EU, Donald Trump, insiste en llamar al Covid-19 “el virus chino”, el gigante asiático ha logrado un flujo mediático positivo a través de sus aportaciones al exterior, como líder en la lucha sanitaria.
Fuente: Razón
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